Política

CASO LÓPEZ: «La mancha de mora se quita con mora»

En realidad ni siquiera sabemos si esto de la mora es verdad o simplemente responde a un antiguo dicho surgido de creencias populares que, si lo tomamos como parábola, también puede significar que la corrupción se tapa con más corrupción.
Lo de López pasó a segundo plano a los Panamá Papers, a la compra de gas a Chile, a las 4.040 cuentas en el HCBC Suiza y a tantas otras cosas; pero fundamentalmente el daño se lo hizo a la política y a través de ella a la democracia. Las imágenes de esos fajos de dólares fueron muy fuerte para muchísima gente, porque en realidad fueron las imágenes y no el monto, ya que si bien 9 millones de dólares es una cifra más que importante, en moneda argentina son 135 millones, cifra muy inferior a la que se manejó en otros hechos de corrupción que tristemente jalonan la historia más o menos reciente del país, caso la venta de armas a Ecuador, el contrabando en el que estuvieron involucrados Macri y Sevel, el fraude con Correo Argentino en el que también estuvo involucrada la familia Macri, o muchas de las cuentas offshore en Panamá y Bahamas. Aunque el efecto visual que produce en la sociedad sea diferente, tan corrupto es el que guarda dinero mal habido en un ropero o bajo tierra, como el que lo tiene, en guaridas fiscales, sean Panamá, Las Caimanes, Suiza o cualquier otro lugar.
Por otra parte, todo hecho de corrupción necesita de un corrupto y un corruptor, en el caso de López sería bueno que la justicia investigue a fondo y determine todas las responsabilidades.
Incidencia en la política partidaria
Nadie puede negar que lo de López ha sido un duro golpe para el kirchnerismo pero de allí, a que sea su certificado de defunción, como pretenden el gobierno y los medios hegemónicos, hay todavía un muy largo trecho. La militancia, como los adherentes al Proyecto Nacional y Popular, ni siquiera lo conocían a José López, los que se enamoraron del Modelo lo hicieron por las ideas y el coraje para defenderlas, de Néstor y Cristina.
López será un corrupto, pero la corrupción es transversal a los partidos políticos y a la sociedad misma, o acaso no fueron hechos de esa naturaleza la voladura del polvorín en Río Tercero, las coimas en el Senado mediante la Banelco de Machinea, los millones de Fernando Niembro, los Panamá Papers de Macri y Cía. etc., son tan corruptos unos como otros, pero eso de ninguna manera significa que la política esté inserta en la corrupción. Un gobierno nacional, sea el actual, el anterior o el anterior al anterior se maneja con un número cercano a los 30 mil funcionarios y generalmente bastan los dedos de ambas manos para contar a los corruptos.
Por supuesto que los hay en la función pública, como los hay en la actividad profesional, empresaria, gremial o periodística.
Es corrupto López, como también lo es el funcionario municipal que coimea al vendedor ambulante quedándose con parte de la mercadería, pero eso no quiere decir que todos sean corruptos, por el contrario, seguramente son muchos más los honestos, aún en el actual gobierno nacional, lo que ya es mucho decir.
En resumen, el caso López, así sea una puesta en escena armada desde determinados sectores de poder político o no, de ninguna manera significa el fin del kirchnerismo.
Podrá extinguirse el Frente para la Victoria como alianza política para una coyuntura electora y de hecho que ello está ocurriendo gracias al panquequerismo de ciertos gobernados, legisladores e intendentes, pero el kirchnerismo como el peronismo conlleva en su núcleo una ideología profundamente popular, nacional y solidaria, por lo que está destinado a perdurar en el tiempo, trascendiendo cualquier circunstancia, por adversa que sea.
Como dijo alguien hace pocas horas, “si los curas pedófilos no han volteado a la Iglesia, ningún López acabará con el kirchnerismo”.
La corrupción de López golpeó a la clase política en general y al kirchnerismo en particular, pero le sirvió al gobierno nacional para tapar en los medios su propia corrupción.