Política

La embestida del odio y la impotencia

2015, año de fuertes definiciones políticas, arrancó con una fenomenal embestida de los grupos hegemónicos contra el Gobierno Nacional.
Funcional a estos grupos, un sector de la justicia pretende avasallar a los demás poderes del Estado, haciendo caso omiso de las decisiones del Congreso, del Ejecutivo y en definitiva, de la voluntad popular que esos Poderes representan.
Justamente los jueces, esos funcionarios a los que nadie vota, son quienes pretenden gobernar y de hecho muchas veces lo consiguen a través de medidas cautelares.
Esas cautelares que frenan el nombramiento de fiscales por más que la Procuradora General de la Nación haya actuado conforme a las facultades que le otorgan las leyes y la Constitución, o esas otras cautelares, las que le permiten al grupo Clarín persistir en el no acatamiento a la Ley de Medios pese a los más de cinco años transcurridos desde su sanción.
Cautelares, cautelares y más cautelares, la herramienta para ejercer el poder de un sector que no quiere perder privilegios, que se considera por encima de todos y de todas y que ni siquiera tributa ganancias.
El más reciente disparate de esta corporación judicial fue la denuncia del fiscal Nisman sobre el supuesto encubrimiento a funcionarios iraníes por parte del gobierno nacional, incluida la presidenta CFK, en relación a la causa AMIA.
Nada les importa, el alto nivel de adhesiones que después de 7 años de gobierno continúa manteniendo CFK, los aterra, los espanta y pretenden ir por todo, así se lleven puesta a la democracia y con ella a la República.
La noticia conocida ayer sobre la traumática muerte del fiscal Nisman está dando lugar a todo tipo de especulaciones algunas un verdadero disparate. Aunque el escenario haya sido el de un suicidio, creemos que nadie debería emitir opinión sobre el hecho sin contar con todos los elementos necesarios.