Política

La libertad de expresión y el respeto a las instituciones del gobierno macrista

No se trata sólo de la Ley de Medios, ni siquiera de los 18.000 cesanteados en las diferentes esferas del gobierno nacional durante los primeros treinta días de mandato.
Se trata del inconcebible atropello que el gobierno de Macri está haciendo con las instituciones de la República y con la democracia misma.
En sólo 30 días de gobierno, el empleado de las corporaciones mediáticas y económicas firmó 90 Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), por supuesto con la complicidad del partido judicial que capitanea el titular de la Suprema Corte.
Consecuente con su pensamiento neoliberal y fiel al mandato de sus empleadores, el gobierno macrista terminó de un plumazo con la política como rectora del Estado, poniendo el mismo al servicio de los poderes económicos concentrados y además manejada por sus propios dueños.
La deuda externa:
Muy suelto de cuerpo y sin vergüenza ninguna, el ministro Prat Gay anunció un nuevo megacanje, como en sus tiempos con el gobierno de De La Rua.
El país desendeudado que dejó la gestión de Néstor y Cristina Kirchner, pronto pasará a ser un recuerdo glorioso del pasado si sólo se concretan dos o tres medidas de las anunciadas por el gobierno PRO.
Antes del balotaje planteamos la disyuntiva Patria o Colonia, lamentablemente el 51% optó por la colonia y hacia ella nos encaminamos vertiginosamente.
La deuda interna:
La eliminación de retenciones y la devaluación, no fueron más que una terrible transferencia de recursos de los sectores que menos tienen, hacia la poderosa oligarquía nacional. Ambas medidas se vieron inmediatamente reflejadas en los precios, que en sólo un par de semanas treparon entre un 30 y un 40% para colmo el ministro Prat Gay sale ahora a “advertir” a los gremialistas que, en las próximas paritarias se cuiden de los porcentajes de aumento que reclamen, porque sus representados podrían terminar perdiendo el empleo.
A mayor desocupación menores salarios, es una de las premisas del neoliberalismo. Y es el propio Estado el que comenzó a dar el ejemplo con los más de 18 mil despidos que ya concretó en lo que va de enero, entre los diferentes organismos nacionales a los que se sumaron algunos municipios administrados por el macrismo. El colmo de los argumentos utilizados para pretender justificar semejantes medidas, la dio el ex-ministro de cultura porteño y actual titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, quien para respaldar su decisión de cesantear a 715 trabajadores del Centro Cultural Kirchner, dijo que esa gente había sido nombrada en el 2015, de manera irregular y por un gobierno que se estaba yendo.
El “pequeño detalle” que el funcionario parece no haber tenido en cuenta, es que dicho Centro Cultural se inauguró el 24 de mayo de 2015.
Miles de despedidos también en los municipios de La Plata, Mar del Plata, Quilmes, Morón, entre otros, son el fiel reflejo del «cambio» propuesto por esta gente que aun hoy mantienen el mentiroso discurso de “escucharnos”, “ser felices”, “estar cada día mejor”, etc., etc. Se olvidan o no les importa, que detrás de cada trabajador hay una familia, hay compromisos asumidos, hay una cadena social que se corta cuando la persona se queda sin trabajo.
Pluralidad de voces
Otra falacia de este gobierno que no sólo barrió con la Afsca y la Aftic para complacer a su mandante, sino que además silenció a cuanto periodista piensa distinto, caso “6, 7, 8″, Mariana Moyano, Roberto Caballero, Gustavo Campana, Nora Veiras, entre otros.
También embistió contra Roberto Navarro, de C5N y hasta logró que radio Continental despidiera a su periodista estrella, Victor Hugo Morales, pese a que el programa del comunicador uruguayo triplicaba en audiencia al segundo más escuchado de la mencionada emisora. Pero Víctor Hugo comete un “pecado capital”, al menos para Macri y su mandante, es un periodista crítico del neoliberalismo.
Esta es la diversidad, la pluralidad de voces que pregonó y sigue pregonando el macrismo, pluralidad de voces, no de opiniones y mucho menos de pensamiento.
Seguridad:
Se dice que del ridículo no se vuelve aunque en realidad esta gente vuelve de cualquier cosa porque tienen cara para todo.
La medida exacta sobre la capacidad del gobierno en lo que hace a planificación y ejecución en materia de seguridad, lo dio el papelón al que fue sometido por la fuga y posterior “cacería” de los evadidos del penal de Gral. Alvear.
El sábado 9, el gobierno y sus fuerzas de Seguridad fueron el hazmerreír del mundo. Luego cuando los prófugos, agotados, hambrientos y sin recursos optaron por “dejarse atrapar”, ciertos funcionarios calificaron el hecho como una gran victoria sobre el narcotráfico, cuando la realidad muestra que tanto los hermanos Lanatta como Schillaci no fueron más que mediocres sicarios capturados y condenados por el triple crimen de Gral Rodríguez, sin que sobre ellos pese imputación alguna por el delito de tráfico de drogas ilícitas.
En fin, este es el circo macrista que lamentablemente votó el 51%, aunque ya a esta altura seamos mayoría los que lo padecemos.
Como última referencia, hacemos nuestro el interrogante lanzado en las redes sociales por la periodista Sandra Russo: “Ante el atropello institucional, los despidos masivos, la censura, la persecución ideológica, la supresión por decreto de paritarias, la destrucción de empleo y de programas de protección social, la Iglesia Argentina no tienen nada que decir? hay silencios que hacen ruido. Otra vez, como en la dictadura, van a darle la espalda al pueblo?».