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Los BRICS y el nuevo mapa del poder mundial

En esta columna, el Sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Investigador Adjunto CONICET y Profesor en UNLP, Gabriel Merino, da cuenta de cómo fueron creados los BRIC en 2006, cuyo lanzamiento a la escena mundial fue en 2009, justamente un año después del estallido de la crisis financiera y económica de 2008 con epicentro en el Norte Global, que constituyó un parteaguas histórico-espacial.

La Plata, 11 Jun (Por Gabriel Merino, especial para InfoGEI).-Este espacio, al que en 2011 se sumó Sudáfrica, articuló en un bloque a las potencias industriales y regionales de la semiperiferia con la búsqueda de democratizar la riqueza y el poder mundial, es decir, poner en crisis las jerarquías del sistema interestatal reflejadas en el orden mundial unipolar y las asimetrías propias de la división internacional del trabajo. Lo que desde allí comienza a ponerse en discusión son las actividades de comando de la política y la economía mundial. No es casualidad que desde 2008 el PIB de China se haya cuadruplicado nominalmente, ya que la acumulación económica y la fuerza política van de la mano, manifestándose ambas en la capacidad de romper los mecanismos de dependencia y subordinación geopolítica. A partir de allí se pone de manifiesto una contradicción estructural del sistema mundial entre el polo de poder dominante y sus aliados, y los polos de poder emergentes, con lo cual comienza a abrirse una dinámica geopolítica relativamente multipolar que subyace y se articula con un conjunto de fenómenos, aunque no de forma lineal: – La dualidad de la economía mundial entre el estancamiento del Norte Global frente al extraordinario crecimiento de China y gran parte de la región Indo-Pacífica. – La contradicción entre un capitalismo neoliberal en crisis y que profundiza su proceso de financiarización, frente a la dinámica de desarrollo productivo del modelo denominado “socialismo de mercado” en China y otros proyectos nacionales-continentales “desarrollistas” de los poderes emergentes.

El riesgo europeo de «salir de la historia»

Entre el monopolio del Norte global y especialmente el polo angloestadounidense sobre la tecnología avanzada, el comercio mundial y las finanzas globales, el conocimiento estratégico, el poderío militar, los medios masivos de comunicación, las plataformas de información y el control global de los recursos naturales y, por otro lado, la ruptura de estos monopolios por parte de China y, en menor medida, de otros polos emergentes de la semiperiferia. A ello se le agrega las posibles tensiones en tal sentido del propio Norte Global. No por casualidad el presidente francés, Emmanuel Macrón, resaltó en su visita a China que “La autonomía estratégica es el combate de Europa y sin ella el Continente arriesga salir de la Historia”.

Nuevo impulso de los BRICS

A partir de la Pandemia el proceso se ha acelerado y la escalada en la guerra en Ucrania un nuevo catalizador. En 2022 el BRICS tomó un nuevo impulso y ya hay 19 países en la lista de los que quieren la membresía del club —entre ellos Argentina, Argelia, Arabia Saudita, Irán e Indonesia— bajo la mirada atónita del Occidente geopolítico conducido por las fuerzas globalistas que creyó que la guerra en Ucrania, el conflicto en Taiwán y la escalada en la Guerra Mundial Híbrida iban a debilitar el desafío de los emergentes. Todo lo contrario. Incluso en la próxima cumbre de Sudáfrica se prevé tratar algunas incorporaciones y también avanzar en una moneda de los BRICS, que junto con el Nuevo Banco de Desarrollo (ahora presidido por la brasileña Dilma Rousseff) y otras instituciones financieras multilaterales emergentes, están construyendo una nueva arquitectura financiera mundial.

Transición histórica

Ello no quiere decir que los BRICS ya hayan superado en poder político y económico al G7, como algunos se apresuran en afirmar. Pero si muestra una tendencia estructural de la actual transición histórico-espacial del sistema mundial y una crisis total del viejo orden conducido por el Norte Global. Tampoco quiere decir que la contradicción G7-BRICS deba ser abordada desde una visión de antagonismo maniqueo o como parte lineal de una nueva bipolaridad. La presencia de Brasil e India en Hiroshima o las fracturas del propio G7 así lo demuestran. Es lo propio de la nueva dinámica multipolar. Pero sin dudas no fue en Japón y será en Ciudad del Cabo donde se exprese lo nuevo en el sistema mundial.

Pérdida de poder relativo

Pero lo que es clave, es la pérdida de poder relativo en las actividades de comando por parte del viejo núcleo. El capitalismo transnacional funcionaba a partir del monopolio del Norte Global de las finanzas globales, el comercio mundial, la tecnología de punta y el conocimiento para el comando estratégico-organizacional. A su vez, como resalta el egipcio Samir Amin, resulta clave el control global de los recursos naturales, el poder militar y las armas de destrucción masiva (probablemente por estas dos razones intentaron incluir a Rusia a través del G8, aunque a cambio debía debilitarse estructuralmente y abandonar su lugar de jugador geoestratégico autónomo), y los medios masivos de comunicación y las plataformas de información.

Mercados emergentes

El conjunto de los BRICS y otros países, se ubicaban como ‘mercados emergentes’, territorios en donde avanzaba hacia fines de los años noventa el capitalismo financiero transnacionalizado comandado por el Norte Global —quien se apropiaba de los beneficios, bajo una nueva dinámica del desarrollo desigual y combinado. Pero el problema es que los mercados emergentes, se volvieron poderes emergentes.

(*) Gabriel Merino es Sociólogo y doctor en Ciencias Sociales. Investigador Adjunto CONICET y Profesor en UNLP y Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales y Co-coordinador de «China y el mapa del poder mundial», CLACSO. (InfoGEI)Ac