Un año de retroceso para muchísimos argentinos
No hay duda que durante este 2016, que afortunadamente está terminando, la derecha neoliberal gobernó fiel a su estilo e intereses.
Por supuesto que cuando nos referimos a la derecha estamos aludiendo al poder real, no a las marionetas útiles como el presidente Macri, su Jefe de Gabinete Marcos Peña o los jueces Ercolini y Bonadio. Estos lo único que hacen es obedecer órdenes y en esa obediencia obsecuente y servil, no les importa nada, ni siquiera su propia dignidad.
El Jefe de Estado, Macri, pone “Cara de yo no fui” cada vez que alguien le toca el tema de las cuentas offshore en guaridas fiscales, resulta que ahora se comprobó que no sólo él operaba y evadía en esos ámbitos, sino también su padre, sus hermanos, sus primos y la mayoría de sus funcionarios. Una verdadera banda que irían todos presos si algún día el Código Penal Tributario se aplicase en serio en nuestro país y no como hasta ahora, para cazar “perejiles” que dejan de abonar algún impuesto generalmente por falta de capacidad contributiva.
Todo es en favor del poder real: se quitaron retenciones al campo y a las mineras, se les pagó a los fondos Buitre; con el tarifazo se benefició a las empresas de energía en las que Aranguren, Caputo y los Macri tienen intereses y, hasta los aviones de Aerolíneas Argentina cargan combustible Shell. Otro ejemplo claro de ese descarado favoritismo se puede observar en la televisación del fútbol; todos los partidos en lo que intervengan equipos de los denominados grandes, son televisados en exclusiva por Canal 13 o Telefe, claro esos encuentros producen o permiten recaudar jugosas pautas publicitarias, como hace diez días, en oportunidad de disputarse el super clásico River – Boca, mientras el partido era televisado por canal 13 (grupo Clarín), la TV Pública, la del Estado Nacional, la que tiene los derechos de televisación, pasaba un película del tiempo en que los pantalones se levantaban con roldana. De esta manera los recursos que aporta la publicidad del fútbol es todo para el grupo Clarín.
Pero a esta gente no se les mueve un pelo ni se les cae la cara de vergüenza; mintieron en todo y siguen mintiendo; quien no recuerda las promesas de que no quitarían derechos, que sacarían el impuesto a las ganancias, que construirían un millón de viviendas, que no habría despidos ni persecuciones, de pobreza cero, etc., etc., etc.
Hoy en Argentina hay un presa política que es Milagro Sala, se persigue judicialmente a la presidenta CFK y a muchos que fueron funcionarios de su gobierno, se estigmatiza a La Cámpora y demás militantes partidarios del kirchnerismo y, en las relaciones internacionales, Macri había resultado ser un gran exponente del pato criollo.
Sobran ejemplos, lo del Reino Unido por el tema Malvinas, lo de Rusia, China, Cuba y hasta con el mismo Donald Trump, ni hablar del papelón que la semana pasada se hizo con la Canciller Venezolana y que dio lugar a que posteriormente el mismo presidente Bolivariano Nicolás Maduro, tratara públicamente a Macri de “Ladrón”, “gorila” y “cobarde”.
En realidad parece que no tienen vergüenza y en alguna época a quienes no tenían vergüenza se les llamaba “sin vergüenza”.