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«Hogares de Cristo» ayuda a más de 20 mil personas vulnerables

Los Hogares de Cristo, una iniciativa de los curas villeros para las poblaciones vulnerables, producen «cambios positivos en múltiples dimensiones de la vida» a quienes concurren a algunos de los 190 centros barriales que ya funcionan en 19 provincias argentinas y por los que ya pasaron más de 20 mil personas.

Así se desprende de un informe presentado este martes sobre la evaluación del impacto integral de los centros y los procesos de desarrollo humano e inclusión social de personas en situación de vulnerabilidad social y consumo problemático de sustancias psicoactivas, que se dan hacia el interior de los hogares.

En las seis dimensiones analizadas entre quienes pasaron por los centros barriales del Hogar de Cristo (satisfacción de necesidades básicas, salud, relaciones, situación judicial, educación y trabajo), el 94% mejoró su alimentación, el 50% su situación habitacional, el 90% su cuidado personal, 79% redujo la frecuencia en el consumo, el 64% mejoró su autoestima y 56% su relación con el entorno, 64% aumentó el interés por estudiar, 44% mejoró su situación económica.

“Se presenta clara evidencia de la efectividad del abordaje integral propuesto por el Hogar de Cristo y la interconexión entre las múltiples dimensiones de la vida y la necesidad de desarrollar políticas de prevención y tratamiento de adicciones y en otras áreas de acompañamiento a las familias que viven en los barrios populares que actúan simultáneamente sobre las dimensiones educativas, ocupacionales, sanitarias y relacionales”, indicó el informe.

«El Hogar de Cristo es una consecuencia de pensar una parroquia popular, donde nadie podía quedar afuera. En ese itinerario nos preocupamos por la salud, la educación y otros aspectos de la vida cotidiana. Es una iniciativa nacida de una iglesia popular y que ahora está en toda la Argentina», explicó el padre José María ‘Pepe’ Di Paola, uno de los coordinadores del Equipo de Sacerdotes de Villas de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires.

Al respecto, el padre Pepe dijo que durante la pandemia y el aislamiento social «creció y se profundizó» el problema de las adicciones y «no se pensó en el tiempo libre de los jóvenes y adolescentes que en los barrios se juntaban igual».

El informe es el resultado de un trabajo de investigación realizado en el marco de un convenio entre el Departamento de Investigación Francisco Valsecchi de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA y la Federación Familia Grande Hogar de Cristo, con la participación de un equipo interdisciplinario e interinstitucional.

Los centros barriales del Hogar de Cristo están emplazados en barrios populares y villas de emergencia y trabajan en forma articulada con Cáritas Argentina, con la finalidad de «dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades», explicaron.

El informe pone en evidencia «la necesidad de desarrollar respuestas específicas de acompañamiento para las mujeres, diseñar políticas de empleo que tomen en cuenta las trayectorias de vida de los jóvenes en contextos urbanos de marginalidad y fortalecer el trabajo conjunto entre el sector público y la sociedad civil en el diseño de políticas de prevención y tratamiento de adicciones». (InfoGEI) Mg