ELECCIONES 2015: La vara quedará alta para propios y extraños
Tal como si fuese una garrochista que clava su marca en los 7 metros, Cristina Fernández de Kirchner culminará el próximo 10 de diciembre su segundo mandato, dejando la medida de su gestión en un sitio tan alto que será muy difícil de igualar por quien le suceda, cualquiera sea su espacio político.
Si la cuestión es como afirma Abal Medina, “que en este 2015 lo que está en juego es la re-reelección del proyecto nacional y popular”, entonces las perspectivas son más que favorables para aquel candidato del FpV que mejor garantice no sólo la continuidad, sino también la profundización del modelo.
El principal adversario que podría llegar a tener el Frente para la Victoria en este año electoral, está en su propio espacio. Del tenor que sus pre-candidatos le den a la campaña con miras a las PASO, dependerá seguramente su fortaleza colectiva.
Es cierto que quien hoy se perfila como principal pre-candidato del oficialismo, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, suele incurrir con demasiada frecuencia en actitudes que generan dudas acerca de su verdadero compromiso con el modelo kirchnerista, como por ejemplo su asistencia a los encuentros organizados por el Grupo Clarín. Una cosa es la búsqueda de consensos desde lo ideológico y otra muy distinta el pactar con aquellos que siempre sometieron a las clases populares.
De todos modos los tiempos electorales para las presidenciales de 2015 recién comienzan, aunque para algunos se iniciaron tras las legislativas de 2013.
En cuanto a las alternativas con las que por ahora cuenta el electorado, quizás no sean muchas, pero si diferentes. Por un lado está el oficialista FpV, que también por ser gobierno, tiene innumerables logros para mostrar en materia de ciencia, tecnología, educación, inclusión social, energía, obra pública, economía, etc. Por otra parte las expresiones de la derecha, tanto macrista como massista, ambas nostálgicas de aquella Argentina para pocos. Y finalmente el Frente UNEN, sustentado en la lealtad de Cobos y la coherencia de Sanz, todo una incógnita.