Producción de vacunas en Argentina
La producción argentina de vacunas avanza a grandes pasos y en varios frentes. El Instituto Gamaleya le daría este jueves el visto bueno al control de calidad de 1.300.000 dosis 1 de la vacuna Sputnik terminadas por el Laboratorio Richmond en la Argentina. Las dosis requieren autorización de la Anmat por lo que no estarían disponibles esta misma semana sino tal vez la próxima. El siguiente paso es la autorización de 1.050.000 dosis 2. En Rusia lo consideran prioritario y eso abre la chance de que se supere el control de calidad antes de fin de mes.
En paralelo, la ministra Carla Vizzotti y la asesora presidencial Cecilia Nicolini conversan en Londres y Oxford con el Laboratorio AstraZeneca para que se produzca en la Argentina, no sólo la sustancia activa, que es la parte fundamental y más compleja, sino también que se complete el proceso. No será sencillo, pero es un plan estratégico seguramente para 2022. Y la tercera iniciativa es la terminación en Argentina de Sinopharm. El proceso con el Laboratorio Sinergium está muy avanzado y podrían estar las primeras dosis disponibles en octubre. Se trata también de una jugada estratégica, sobre todo si como se prevé, Sinopharm es autorizada para menores de edad.
Rusia
El Laboratorio Richmond, mientras construye una planta específica para la producción de vacunas, puso en marcha la terminación de Sputnik V con la sustancia activa enviada por el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) desde Moscú.
La empresa de Marcelo Figueiras ya terminó varias partidas y la situación es la siguiente:
Del componente 1 se completaron 1.300.000 dosis, en tres partidas distintas. De cada partida se tomaron 80 frascos y se enviaron a Moscú para el control de calidad.
Del componente 2 se terminaron 1.050.000 dosis, también con el mismo esquema. De las tres partidas se seleccionaron 80 frascos al azar para que el Instituto Gamaleya realice el control de calidad.
El visto bueno ruso para el componente 1 estaría este jueves, con lo cual a esas dosis sólo le faltará la aprobación de la Anmat. El organismo regulador argentino trabaja dentro de la planta de Richmond y también recibe frascos de verificación de cada partida. Si todo sale bien, la aprobación debería tardar pocos días y eso significaría que las vacunas estarían disponibles antes de fin de mes.
De todas maneras, el interés está puesto en el componente 2 que es el que está faltando para completar la vacunación de Sputnik. Según afirman en Moscú, en el Instituto Gamaleya saben que la cuestión es prioritaria, de manera que apurarían el paso. La hipótesis más optimista es que la aprobación del control de calidad esté antes de fin de mes y las vacunas estén disponibles para aplicarse a principios de agosto.
Londres
Muchas veces se olvida que Argentina ya produce la parte más compleja de una vacuna, la sustancia activa, la que realmente enfrenta al virus. En el laboratorio mAbxience de Garín, propiedad del Grupo Insud de Hugo Sigman, ya se produjeron 90 millones de dosis que se están terminando en México y Estados Unidos y son para toda América Latina.
La ministra Vizzotti y la asesora Nicolini están en Londres y Oxford para dialogar sobre la situación epidemiológica y las estrategias, pero al mismo tiempo hablarán con AstraZeneca para ver la posibilidad de que la sustancia activa ya no sea necesario mandarla a México o Estados Unidos, sino que se complete todo el proceso en la Argentina.
Habrá que ver cuál es la respuesta, pero entran en juego tres circunstancias:
En AstraZeneca están molestos por el insólito proceso judicial que se abrió a raíz de la denuncia de una dirigente fundamentalista del PRO, Josefina de Elizalde, sólo en base a publicaciones de los grandes diarios. La hipótesis era descabellada: que funcionarios del gobierno y de AstraZeneca se complotaron para demorar la llegada de vacunas. Lo cierto es que en base a semejante denuncia hubo un allanamiento en AstraZeneca y una causa judicial que sigue en curso.
El segundo elemento es que la producción que hoy realiza mAbxience debería completarse en otro laboratorio. Habrá que ver si el Grupo Insud, de Sigman, puede entrar en esa producción teniendo en cuenta que tiene un compromiso con Sinopharm para terminar la vacuna china.
Y la tercera circunstancia está relacionada con las exigencias de AstraZeneca que suele considerar imprescindible que la terminación, en especial el filtrado, se haga con filtros norteamericanos y con maquinaria de control de calidad de distintos orígenes. El proceso no resultó nada fácil ni en México ni en Estados Unidos.
Por todos esos elementos, la estrategia no es de cortísimo plazo, pero apunta a que la Argentina logre tener el proceso completo –e independencia en la producción– dentro de relativamente poco tiempo. Tal vez el horizonte es hacia 2022.
China
Como se hizo público, Sinopharm está dando pasos rápidos hacia la terminación de sus vacunas en Argentina. A diferencia de Sputnik, el proceso es más lento y detallado: el contrato se firmaría recién esta semana o la próxima.
El gigante chino trabaja en acuerdo con Sinergium Biotech, propiedad de las familias Bagó, Gold, Sielecki y Sigman. Cuentan con una planta ultramoderna que ya tiene aprobación de las autoridades regulatorias norteamericanas y europeas. Allí se produce la vacuna de la gripe para toda América Latina.
Sinopharm y Sinergium tienen relación hace varios años por un proceso de transferencia científica de una vacuna de cuello de útero, por lo tanto la negociación fluye bien. Sin embargo, para el complejo proceso de terminar la vacuna contra la covid, se requiere de nueva maquinaria y el cálculo es que las primeras pruebas se podrían realizar en septiembre u octubre. Sinergium Biontech tiene capacidad para terminar 20 millones de dosis en muy pocos meses.
El objetivo es siempre el mismo: conseguir independencia en la producción de vacunas, con negociaciones y proyectos a varias puntas –lo que incluye los diálogos con Soberana y Abdala, dos vacunas cubanas– y apuntando a que todo el proceso se pueda completar en Argentina.
Siempre se tiene en cuenta que es muy posible que en 2022 haya que aplicar otra dosis o que aparezcan otras variantes que requieran nuevos ajustes en la vacunación. Y parece cantado que Richmond, mAbxience y Sinergium apuntan a producir, no sólo para la Argentina, sino para todo el continente e incluso países de otros continentes.
Página/12